En la industria, las principales actividades son la maquinaria, el material de transporte (vehículos, ferrocarriles y aeronáutica) y los productos químicos. El alto desarrollo tecnológico y las grandes sumas destinadas a investigación hacen que la economía británica goce en estos de buena salud.[cita requerida] Los sectores en crisis son el textil y el naval.
Comercio Exterior:
El Reino Unido es actualmente la quinta potencia económica mundial, con una población de 60 millones de habitantes que cuenta con un elevado poder adquisitivo y que está abierta a gustos y productos novedosos. Ha sido la única economía de la Unión Europea (UE) que ha crecido ininterrumpidamente en los últimos 15 años y, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2005 fue el quinto importador de mercancías, después de Estados Unidos, Alemania, China y Japón, habiendo alcanzado los 500.000 millones de dólares. A su vez, es un creciente importador de alimentos y bebidas, habiendo adquirido estos productos por un valor aproximado de 46.000 millones de dólares en 2005, representando un incremento del 68% con respecto al año 2000.
Por todo ello, se estima que hay grandes oportunidades en ese mercado, más si se tiene en cuenta que nuestro país solamente representa el 0,1% del total de las importaciones británicas (0,2% si solamente se consideran las provenientes de países extracomunitarios), 0,6% de las importaciones del sector alimenticio y que, según fuente INDEC, el Reino Unido figura como destino número 21 para nuestras exportaciones (sexto a nivel europeo).Por otra parte, no sólo el rubro de alimentos y productos primarios está ofreciendo grandes oportunidades en el Reino Unido, sino también el de bienes industriales que son, por otro lado, los que tienen en Europa menores barreras arancelarias y pararancelarias. Es así que hay numerosos sectores de nuestra oferta exportable en los que Argentina puede ingresar sus productos libres de derechos arancelarios, particularmente bajo el sistema generalizado de preferencias (SGP) y en donde, a pesar de ello, nuestra presencia continúa siendo mínima o nula, tal el caso, por citar algunos ejemplos, de las autopartes, marroquinería y talabartería, maquinaria agrícola y mobiliario.
se diria que los negocios de mayor potencial son:
el sector alimenticio (incluyendo bebidas), ya que el Reino Unido es prácticamente importador neto de productos agroalimentarios, convencionales y orgánicos, y posiblemente, sea el país de la UE más abierto al libre comercio –a pesar de beneficiarse de la Política Agrícola Común- y más dispuesto a incorporar nuevos productos a su canasta alimentaria o nuevas tendencias, como la del consumo de productos orgánicos, sector donde ha alcanzado el tercer puesto a nivel mundial.También se pueden encontrar y se han encontrado oportunidades en otros sectores. Es así que Argentina exporta al Reino Unido maquinaria agrícola, equipos de cocina, autopartes, embarcaciones a vela o servicios informáticos y de telecomunicación, objetos de decoración, textiles, ropa y artículos de cuero, entre otros. Muchos de estos sectores han sido explorados con éxito muy recientemente, lo que demuestra que se puede competir, en precio y calidad, en una amplia gama de productos.Es importante también tener en cuenta que el mercado británico es muy competitivo, lo que ha llevado a ciertos sectores productivos argentinos a realizar campañas de promoción de imagen genéricas, a semejanza de las que llevan a cabo algunos de nuestros principales competidores (Chile, Sudáfrica, Brasil, Australia, Nueva Zelanda). En tal sentido, es de resaltar el caso de Wines of Argentina, que desde hace ya varios años ha emprendido una exitosa campaña de imagen genérica de dicho producto en el Reino Unido, y las acciones de imagen que emprendieron en 2005 la Secretaría de Turismo de la Nación, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA).Estos cuatro sectores o entidades han visto a ese país europeo como un mercado interesante que requiere y justifica un esfuerzo especial para poder competir. De todos modos, queda claro que una campaña, por sí sola, no alcanza si no existe por detrás un sector productivo eficiente, comprometido y preparado a tomar los riesgos que implican la búsqueda de horizontes internacionales para colocar sus productos.